El barrio madrileño de Malasaña convirtió ayer algunas persianas de sus negocios en improvisados y metálicos lienzos donde más de cién artistas plasmaron sus dibujos. Esta iniciativa llamada "Persianas libres" trata así de convertir la pintada en graffiti y que comerciantes y grafiteros convivan en armonía. Esta consideración del graffiti como forma de expresión artística y no como acción vandálica también la vimos aquí en Sevilla con el concurso "Todo tuyo" que organizó el Ayuntamiento de Sevilla en treinta contenedores de vidrio del centro de la ciudad, o en "Arte para todos" donde se utilizaron algunas medianeras del Polígono San Pablo para crear inmensos murales donde difundir algunos Objetivos del Milenio como la erradicación de la pobreza extrema, la promoción de la educación universal, combatir el VIH o la sostenibilidad del medioambiente.
7/2/11
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