15/10/10

La voz del barrio (1)

Hace ya más de un mes El blog La Ciudad Viva anunció que quería incorporar nuevos redactores para colaborar como corresponsales en su blog. Los seleccionados fueron presentados el pasado día 4 de Octubre y desde aquí les damos las felicidades y esperamos disfrutar y aprender con sus posts.
Lamazeta presentó también una propuesta que, como ya podéis imaginar, no fue seleccionada. De todos modos, nos gustaría desarrollarla en nuestro blog y poner así nuestro pequeño granito de arena en el debate sobre la ciudad contemporánea. Así, hoy colgaremos el contenido de la propuesta que enviamos al blog de la Ciudad Viva.

Nuestra propuesta abordará la problemática de la ciudad y de la vivienda (nuevos modos de vida, la adaptación de la vivienda a una nueva sociedad, nuevas tipologías, etc.) desde una visión poliédrica, a modo de relato coral en el que, a través de la experiencia cotidiana de distintos personajes, se ahonde en diversos temas de interés actual.
La comprensión de la ciudad exige que pensemos no solo el espacio geométrico de los arquitectos, sino también el antropológico de los peatones, es decir, el de los que la habitan y se apropian de ella. Es por eso, que una de las formas más acertadas de construir la figura de la ciudad sea a través de la experiencia y los relatos de sus habitantes. Es a través de sus historias como mejor podemos radiografiar ese escenario de la vida que es la ciudad.

POST DE EJEMPLO
Si nos fijamos atentamente en la única ventana que se encuentra iluminada a estas horas de la noche, podemos ver el rostro de nuestro amigo Enrique iluminado por la luz trémula y azulada que despide la pantalla plana de su ordenador. No sabe que lo miramos, no sabe que existimos, así que nos acercamos sobrevolando la silenciosa calle hasta introducirnos en su apartamento. Enrique teclea durante varios segundos, se detiene, piensa, teclea de nuevo, envía un mail.
Acercándonos un poco m
ás y situándonos a sus espaldas, veremos que Enrique se dedica a gestionar una plataforma digital de participación ciudadana. Comenzó a interesarse en temas como la participación ciudadana, la cultura digital o la ciudad creativa a raíz de leer las reflexiones que Juan Freire (Doctor en Biología y Profesor Titular de la Universidad de A Coruña) escribe periódicamente en su blog “nomada.blogs”. En dicho blog se habla de la emergencia de una nueva forma de hacer urbanismo, basado en los ciudadanos organizados en redes sociales y utilizando herramientas 2.0 para la transformación y la mejora del espacio público. Freire entiende la participación ciudadana no solo como debate y deliberación, sino especialmente como acción directa en la “construcción” de la ciudad.
La primera acción que realizó Enrique fue tan sencilla como colocar una maceta en cada esquina del barrio, una pincelada verde en cada arista punzante de la ciudad. Instaladas sobre mesas u otros soportes, aquella mañana las macetas dieron los buenos días a unos vecinos que sorprendidos sonreían y se preguntaban por el autor de aquel súbito jardín disperso. Tras aquella primera acción, y viendo que los vecinos respondieron positivamente sumándose a la iniciativa, Enrique se interesó más en las posibilidades de movilización de este tipo de propuestas y fue así como conoció iniciativas como “esto no es un solar” en Zaragoza, cuyo objetivo consiste en transformar los solares en espacios de uso público transitorio; o “desayuno con viandantes”, una iniciativa de apropiación de ciertos rincones de la ciudad para la celebración de desayunos públicos; también le interesó las webs "arregla mi calle" o "ziudad" mediante las cuales los ciudadanos pueden hacer propuestas concretas de mejora de sus ciudades localizándolas en mapas y posteriormente transmitidas a los respectivos ayuntamientos.
Lo último que Enrique tiene en mente está relacionado con la crisis y con lo que será la Web 3.0, aquella que Steven Johnson califica como ultra-local y geolocalizada y que tiene que ver con la idea de anclar lo virtual a lo físico. Ha estado dándole vueltas a la cabeza y tiene la convicción de que todos tenemos algo que aportar. Enrique es un optimista empedernido. Sabe que su vecina del 2º hace unas madalenas para chuparse los dedos aunque sólo se beneficie de ello su marido; también sabe de las habilidades con el bricolaje de Javier que ahora está en paro y se pasa el día en el bar. Seguramente hay más gente cuyo talento se está desperdiciando, así que ha decidido crear una aplicación accesible a los vecinos del barrio y donde cada uno pueda geolocalizar su vivienda en un mapa digitalizado y ofrecer o encargar servicios temporales de manera instantánea. Enrique se imagina a su vecina recibiendo un encargo a través de la aplicación en la que Carmen le pide dos docenas de madalenas para la celebración del cumpleaños de su hijo, piensa que puede convertir el barrio en una utópica comuna de la era digital. Nuestro amigo Enrique siempre ha sido un idealista.
Esta noche, ha presentado su iniciativa en la plataforma digital y ya solo queda esperar la respuesta del barrio. Acostado en la cama, respira hondo y siente una sensación de bienestar similar a la sonrisa espontánea de un bebe cuando le hacemos una pantomima. Esa sonrisa del bebe, según el psicólogo Barry Schwartz, no es fruto de nuestro juego, no somos nosotros quienes provocamos su sonrisa al escondernos y aparecer de nuevo ante sus ojos, sino que el bebe sonríe, en realidad, porque está convencido de que fue él quien provocó nuestra pantomima, él se cree que hizo cambiar el mundo y eso le hace feliz. Y es que, como afirma Barry Schwartz, es una parte básica de nuestro ser, que nos importe controlar e intervenir en el entorno en el que vivimos.


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